Texto escrito por Lucia Naser.
Montevideo-Uruguay
2008
Signo o variación física que manifiesta cierta información… Señal existe además del que comunicado
El sistema montado para que el significado viaje se despoja de aquel significado y automatiza su comportamiento, queda la forma, quedan padrones, circuitos, combinaciones cuyas configuraciones hacen poca referencia a cualquier cosa ajena a si misma
En señal – la obra - el tratamiento del tiempo cobra un papel central en la organización de las escenas, y es que el material presentado no es muy relevante pero si el modo en el que se ejecuta y es conjugado en el tiempo.
¿Cómo? ¿Cuando? ¿Donde?
Tal vez el “que” sea menos importante para esta obra que presenta sistemas de comunicación y no tanto procesos… padrones sígnicos que no evolucionan orgánicamente sino que son reconstruidos, abandonados, sustituidos por la llegada de un nuevo código o sistema
Dos cuerpos en el espacio realizan movimientos restringidos y repetidos, pequeñas variaciones o degeneraciones del código ocurren, pequeñas relaciones y coincidencias permiten al ojo externo observar el sistema sin que sus componentes establezcan relaciones directas entre sí.
Acciones pequeñas, acciones mínimas… acciones realizadas por un cuerpo que no expresa intención de resultados… es la sumatoria de acciones, la precisión de su ejecución, la percepción de la inevitable singularidad de cada cuerpo la que captura el ojo de quien observa, sea la cámara, sea el espectador, sea el propio espacio que procesa las alteraciones e intervenciones, las variaciones progresivas y abruptas que determinan el abandono del padrón precedente y el surgimiento del siguiente.
Desde el comienzo se hace claro que los intérpretes no se presentan en calidad de personajes o de personas sino de cuerpos…
En Señal el cuerpo se abre al exterior, a las conexiones, a las infinitas posibles combinaciones que el ambiente propone…
Lo artístico en esta obra está liberado de la voluntad, de la lógica, de propósitos realistas o ilusionistas, de la estructuración orgánica del cuerpo de un actor y la funcionalidad de sus acciones… no hay metáforas ni símbolos sino señales, sistemas de signos icónicos.. el cuerpo hablando desde su propio material, signos cuyos significado aluden al material del que son constituidos
Son seres físicos y no psicológicos los que encontramos en la escena de Señal. Son acciones mínimas sin propósito ni emoción pero con gran precisión y limpieza… los movimientos no abundan ni sobran y el material escogido se refuerza por una intensa concentración en las acciones presentes, en el estar presente que esos cuerpos ofrecen
Este padrón sub-expresivo no es sinónimo de neutralidad o indiferencia sino que remite a una potencialización de la energía interna … pero mientras que energía suele ser asociado al ímpetu externo, al exceso de actividad muscular y nerviosa, aquí se refiere a algo íntimo, que pulsa en la inmovilidad y el silencio o en el movimiento mínimo, una fuerza retenida que fluye en el tiempo… la energía redunda en la precisión y exactitud de las acciones.
Señal no es tanto el “que” sino el como y el cambio, desarrollado en períodos de tiempo fragmentarios. La obra se compone de momentos con mayores o menores niveles de complejidad, con variación en la relación entre sus componentes, con códigos mas y menos reconocibles y asociables con otros… todo puede ser verdadero ante una propuesta que incompleta su acción, que se fragmenta y autocancela, pensamiento-acción que se anula a sí mismo.
Relaciones se establecen sin involucrar la intencionalidad de los intérpretes sino sus cuerpos en el espacio y tiempo. Las formas y acciones con las que estos cuerpos escriben, no constituyen un lenguaje a ser decodificado, interpretado, develado sino una escrita performativa que si no es reducida a interpretaciones se presenta como forma que piensa una forma que piensa…